Para elegir una sala blanca adecuada es necesario conocer las necesidades operativas del negocio y sus normas, con el fin de definir con precisión los estándares de calidad a manejar.
Por ello, es importante llevar a cabo un proceso de planificación, en el cual se consideren todos los usos y requisitos. Además de las condiciones locales.
Con el propósito de adaptar esta área controlada al entorno operacional del negocio de forma satisfactoria.
Es por esta razón, que te vamos a mostrar 6 factores claves para elegir una sala blanca adecuada.
El diseño e implementación de una sala blanca adecuada debe estar sujeta a un análisis crítico, donde se tomen los siguientes aspectos:
De esta forma es posible adecuar los requisitos técnicos de estos espacios controlados a las exigencias del negocio.
Sin dejar de lado el cumplimiento de reglamentos y la evaluación de costos y esfuerzos.
Conforme la aplicación de la sala blanca y las necesidades del negocio, es preciso definir los requisitos de este espacio.
Para ello, hay que tomar en cuenta los criterios normativos vigentes, como, por ejemplo, la norma DIN EN ISO 14644-1. La cual describe la clasificación de limpieza de aire.
Esto en relación con la concentración de partículas suspendidas, además las dimensiones están definidas en un rango de 0,1 hasta 5 micras.
Lo cual va a depender del uso previsto y el tipo de negocio. Es decir, de los procesos y la cantidad de partículas permitidas en el área de fabricación.
Por otro lado, en la industria farmacéutica, también se consideran las pautas de la GMP. Donde se exponen los criterios de tamaño de partículas, así como la carga bacteriana máxima permitida.
La selección de un sistema de ventilación apropiado está vinculada con la clasificación de limpieza del aire.
De hecho, sin importar el tipo de aplicación, el flujo de aire se debe diseñar para evitar la deposición de partículas en los puntos críticos.
También, hay que considerar en los equipos de aire acondicionado dispositivos para controlar la temperatura y humedad.
Con la finalidad de monitorear parámetros ambientales, así como cumplir con los estándares normativos.
Para techos, paredes y suelo de la sala blanca adecuada, se requiere escoger materiales con calidad conveniente para este uso.
Es decir, que sean fáciles de limpiar y resistentes a productos químicos que puedan contener los agentes de limpieza.
Por otro lado, también hay que determinar el tipo de acceso a la sala blanca conforme a criterios normativos.
De manera general, estos espacios controlados utilizan esclusas con distintas clases de limpieza. Lo cual va a depender del sector y el uso previsto.
Como instrucción básica, las superficies para sentarse que tenga una sala blanca tienen que ser resistentes a la abrasión.
Las mesas y muebles deben considerar materiales como acero inoxidable, revestimiento de melamina o varios tipos de plásticos.
Además, es necesario elegir la ropa de protección adecuada para el personal, ya que este es el mayor riesgo de contaminación.
Cuyas especificaciones están relacionadas con la clase de limpieza de partículas de la sala.
El buen funcionamiento de una sala blanca tiene relación con la calidad de higiene y las medidas de preservación.
Por ello, es necesario planificar ciclos regulares de la limpieza y mantenimiento. Lo cual va a ir de la mano de los procesos y la clase de limpieza del aire.
Todo esto, con el fin de garantizar que el espacio controlado tenga niveles mínimos de contaminación. Según los estándares y límites permisibles bajo norma.
Además, de conservar la instalación en buen estado, evitar su degradación y mantener los criterios de diseño.
Sin duda, elegir la sala blanca adecuada requiere experiencia técnica y soluciones especializadas. Con el objetivo de adaptarse al entorno operativo y a las necesidades del negocio.